viernes, 26 de octubre de 2012

Escuchar el mar

Muy cerca de las Presillas, junto a la Playa del Embarcadero se encuentran los Escullos. Formaciones de roca caliza que llegan a tocar el borde del mar con formas moldeadas por el agua y el tiempo.

Algunas tardes las olas dan la vuelta. El poniente las empuja hacia lo que está lejos y desaparecen en la juntura del mar con el cielo. Esos días el mar suena diferente. Algo parecido a sonidos de silencio. Sin que yo sepa explicar más exactamente qué significa eso.

foto: Los Escullos, el mar y el faro de la Polacra. © o.m.

martes, 23 de octubre de 2012

Visitas

Hace unos años llegaron a nuestra casa dos jóvenes italianos. Tanto ella como él resplandecían de energía y entusiasmo. Compartimos buenos ratos y forjamos una amistad en la distancia.

Gracias Vanina y Paolo por vuestra visita y por vuestro dibujo.

****

¡ Oh como feliz es esta tierra donde
las pitas alta competen con las estrellas dell ciel !

¿A cuál cosa puede semejar la belleza que ella dona?

¡ A ninguna, si no casi a la maravilla de un
ocaso lejano !

Ojalá que tal belleza duraré tanto como dura el mundo....

Vanina y Paolo

sábado, 13 de octubre de 2012

Bajo el Pimentel

Cada una de sus miles de hojas responden a la suave brisa con un sonido parecido al de las gotas de lluvia. Es la voz del gran pimentel.

Las palmeras suenan más opaco, y como son grandes y pesadas, su balanceo se escucha como si se desplazaran con pasos ligeros y rítmicos sobre la tierra del jardín.

Uno de los preciosos sonidos del almendro es el que producen los pétalos de sus flores blancas al caer. Sólo es perceptible si uno está muy en silencio.

Estos y otros sonidos pueden ser escuchados bajo el Pimentel

foto;  © o.m.

miércoles, 3 de octubre de 2012

En la Cala del Carnaje

Para llegar a la Cala del Carnaje es recomendable dejar el coche arriba y seguir caminando. Se encuentra justo abajo de la Punta de la Polacra y es, como otros que no permiten un acceso fácil en coche, uno de los lugares más silenciosos del Parque.

Un par de grandes palmeras parecen haber elegido el centro geométrico de la playa para habitar el lugar. Miles de piedras de diferentes formas y tonos de gris cubren la orilla de punta a punta. Desde allí se alcanza a ver Los Frailes que, debido al ángulo de vista y la perspectiva, parecen mucho más cercanos de lo que realmente están.

Pero la Cala del Carnaje es también meterse al agua y mirar hacia abajo. Con cuidado, cuando el mar lo permite, y cuidando también la frágil flora y fauna que tiñe de miles de colores el fondo del mar.

foto, Los Frailes desde Cala del Carnaje, © o. m.